Tras una marcha de cientos de kilómetros desde el Asia central, la hoy Rusia; los Hunos en su viaje en busca de nuevas tierras, se asientan en la ribera derecha del Río Don (llamado Tanais por griegos y romanos); luego se deciden a atravesar el mismo llegando a los territorios de otra gran tribu, los Alanos a la cual sometieron no sin antes guerrear por largos años, ahora si; los alanos se fusionan con los hunos y continua el avance sobre Europa del Este y se topan con otro de los pueblos bárbaros, los Godos (en la actual Rumania).
En la imagen la antigua ciudad romana de Emona (hoy Liubliana, capital de Eslovenia) fue destruída por los Hunos de Atila en 452 d.c.
En el año 452 era tal el avance de las hordas de hunos conducidas por el gran rey Atila y las tribus aliadas o sometidas a estas, que llegan a saquear y destruir la mismísima Roma hecho que supondría la caída del Imperio Romano de Occidente pocos años más tarde.
El avance de estas tribus nómadas como lo eran los hunos en búsqueda de nuevas tierras en las cuales asentarse y subsistir, lleva a estas a empujar cada vez más a las tribus ya asentadas en la Europa del este hacia el Occidente, así se extermina el pueblo de los gépidos, y se gana la lucha contra ostrogodos y visigodos. Estos últimos llegarían a la Galia (Francia) y de allí a la península ibérica (la hoy España); aquí los visigodos se asentarán hasta principios del siglo VIII, es decir hasta el año 711 en el cual las huestes musulmanas de Tarik, que venían desde el Magreb (norte africano) sometieran a la población que se encontraba en la península (Portugal y España) la cual sufriría la dominación árabe – musulmana por 800 años; es decir, hasta el año 1492 en que se unen los coronas del Reino de Castilla con el de Aragón y derrotan el último bastión árabe es decir el reino (Nazarí) de Granada poniendo fin a esta ocupación.
"Si Atila no hubiera muerto en extrañas condiciones como se piensa, ya que se dice que fuera envenenado, seguramente, Europa hubiera tenido otro destino, hubiera sido bárbara y no cristiana como lo es hoy en su mayoría. Pero la historia una vez más siguió su curso y los Hunos, la gran sombra del Imperio Romano fueron olvidados, y a través de estos relatos quise recordarlos"
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